Mi cansancio no tiene límites. La interminable lectura me abrasa los ojos.
Parece que los piratas frecuentaban la zona. El Doctor Herbert insiste en que me quede en cama. Me he cambiado de dormitorio y duermo mucho mejor ahora. Sin embargo, el hombre oscuro no se ha ido. Lo sé. Esperara todo el tiempo que sea necesario... A no ser que yo, Jeremy Hartwood, encuentre una forma de devolverlo al infierno de donde viene.