¡Dios mio! Encontré el cuchillo. Estaba escondido aquí y lo que sé de él me llena de temor. Es una daga de sacrificios, perteneciente a algún culto diabólico.
La simple idea de esa hoja cortando carne humana me horroriza. Aun así tengo que seguir con mi investigación. Derecto está llena de tesoros. ¿Tendría razón mi padre?
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